Muchas personas temen que se presente un posible apagón de internet, pero ¿qué hay de cierto en eso? ¿El presidente Trump tiene ese poder?
Aunque el internet no es un aparato que cualquier persona pueda encender y apagar a su antojo, debemos recordar que sí existen personas de influencia y mucho poder.
Con la nueva victoria de Donald Trump en USA, podemos recordar que antes de que finalizara su primer mandato, ofreció un discurso frente a la Casa Blanca en el cual expresó de forma abierta y sin titubeos que podría “desconectar partes de la red de redes”, con el fin de darle un merecido a los terroristas del Estado Islámico, por lo que, presumen muchos la idea del posible apagón de internet.

¿Con qué exceso depende el internet de Estados Unidos?
Resulta irónico que este conjunto de vulnerabilidades tenga también su propia vulnerabilidad. El funcionamiento de esta tiene una especial dependencia de algunos contratos anuales que lleva pagando desde varios años el gobierno de Estados Unidos.
Ahora mismo, desde la Casa Blanca buscan recortar gastos masivamente mediante el Departamento de Eficiencia Gubernamental que lidera Elon Musk. De hecho, el directorio CVE pudo continuar operando gracias a que sus gestores dieron un grito de auxilio, lo cual llevó a la agencia de ciberseguridad CISA a pagar aproximadamente 20 millones de dólares necesarios a última hora.
A pesar de que estas operaciones ya están garantizadas, este contrato vence en marzo de 2026, por lo que, podemos decir que el respiro es corto.
Entonces ¿puede el presidente Trump desconectar el internet?
Se piensa que el presidente estadounidense Donald Trump puede llegar a utilizar el poder que tiene en su país sobre internet, a manera de presión para negociar con otras naciones. Este sería otro de los motivos por los que Europa ahora se encuentra preparando un plan para disminuir y romper la dependencia en materia económica con USA.
No hay que olvidar que en Silicon Valley no solo tienen su origen apps y plataformas súper populares como el caso de WhatsApp, Microsoft Teams y Google Maps. También aloja enormes centros de datos que guardan en la nube la inmensa cantidad de información generada por la inteligencia artificial. De hecho, Amazon, Microsoft y Google controlan el 60% del mercado global de computación que hay en la nube. Es quizás que por eso, cuando la Comisión Europea anunció a finales de abril multas millonarias contra Apple y Meta, la respuesta que vino de Washington fue todo menos amistosa. «Estados Unidos no tolerará esta nueva forma de extorsión económica bajo ningún concepto», declaró en su momento Brian Hughes, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense.

El riesgo de un «apagón digital»: ¿Está Europa a merced de la nube estadounidense?
Aún no está muy claro cómo responderá Estados Unidos a lo que la Casa Blanca considera como una ofensa imperdonable. Pero lo que sí es evidente, es que las empresas con sede fuera de las fronteras norteamericanas, y que dependen de proveedores de cloud estadounidenses, temen una posible represalia por parte del presidente Trump.
Para el usuario de a pie, esta dependencia no siempre es obvia, pero es crítica: sin acceso a servicios como iCloud, los propietarios de un iPhone, por ejemplo, perderían el contacto con su lista de contactos.
Por su parte, Trump sabe que existe esta vulnerabilidad y, según expertos, podría aprovechar el dominio digital de EE.UU. para ejercer presión política a otros países. «No sería raro que ciertas funciones tecnológicas se ralentizaran, retuvieran o incluso bloquearan selectivamente en algunos países de la UE», advierte Jan Penfrat, de European Digital Rights (EDRi).
En el peor de los casos, el gobierno estadounidense podría obligar a empresas como Microsoft o Apple para que restrinjan sus sistemas operativos en ciertas regiones estratégicas. «Bloquear actualizaciones de seguridad sería una medida dolorosa y técnicamente factible», afirma Penfrat.
EE.UU. podría usar su control sobre la tecnología cloud como un arma política, que afectaría los servicios esenciales en otros países. Tanto empresas como usuarios dependen de proveedores estadounidenses, y una intervención de Trump podría limitar el acceso a funciones clave o actualizaciones de seguridad.
